sábado, 11 de agosto de 2012

Aztecas de Oro

Foto: FIFA
¿México juega mejor que Brasil? La pregunta puede generar eternas polémicas. Según los cánones del fútbol vistoso, estético y ofensivo, el planteamiento de México en la final de fútbol en los Juegos Olímpicos Londres 2012, no fue el mejor. Sin embargo, en lo que respecta al resultado final, la selección azteca obtuvo un triunfo inobjetable.

Aplicado para anular las virtudes del rival, el seleccionado "Tri" defendió muy bien, evitó que la virtuosidad de los brasileños le generara dificultades y explotó los errores defensivos de su rival.

Al minuto de juego, Oribe Peralta definió una jugada generada casi en forma involuntaria, cuando tras un pase sin buen destino, el lateral derecho de Brasil, Rafael, fue presionado y perdió una pelota que tenía controlada. Peralta recibió en posición cercana al área, pateó fuerte y bajo, contra el palo derecho y convirtió el gol más rápido en la historia de esta competencia, que además le posibilitó a su equipo comenzar con un tanto de ventaja.

Desde la apertura del marcador, México no cambió su estrategia y continuó defendiendo mientras esperaba un nuevo error defensivo. Con una actitud enérgica, dos líneas de cuatro hombres para marcar y dos delanteros ubicados cerca del mediocampo, listos para contraatacar, el planteamiento no fue el preferido por los amantes del fútbol ofensivo, pero sí fue el más propicio para obtener un resultado histórico.

Volviendo a la pregunta del principio: ¿México juega mejor que Brasil?, respondería con otra pregunta:  ¿qué es jugar mejor que el rival? Si, como creo, es encontrar las formas adecuadas para debilitar sus mejores atributo y explotar sus errores, la respuesta es: sí, México jugó mejor. En la historia de los grandes campeonatos internacionales hay muchísimos ejemplos similares: la final que Uruguay le ganó a Brasil en 1950, la que Alemania conquistó ante Holanda en 1974, igual que la de1978, con triunfo de Argentina frente el mismo rival. En definitiva, parece una muestra de que jugar "estéticamente" bien, no siempre es jugar mejor que los adversarios.

Más información:
FIFA


sábado, 4 de agosto de 2012

Oscar Tabárez: el camino al margen de los resultados

Foto: Blog Opinemos hoy
Sábado 4 de agosto de 2012. Uruguay recientemente quedó eliminado de la competición en fútbol por los Juegos Olímpicos de Londres. Una vez más, los espacios deportivos en los medios de comunicación de nuestro país volvieron a tratar el tema con una dureza proporcional al exitismo que habían manifestado antes del campeonato.

Simplemente con percibir estas opiniones alcanza para apreciar la diferencia entre el pensamiento del entrenador, Oscar Tabárez, y la mayoría de los comunicadores. La primera conclusión que se puede extraer es que muchos periodistas no han comprendido la significación de ideas como: "proceso de selecciones nacionales", "trabajo planificado", "memoria futbolística" y "continuidad, antes que resultados inmediatos".

No es posible asegurar que Tabárez no se equivoca nunca, ni que todo lo que propone debe ser idealizado, pero sería bueno, de una vez, reconocer que la metodología en fútbol es capaz de generar buenos resultados. Conceptos como: "mística", "garra charrúa", "temperamento", "peso de la historia", "gloria de la camiseta" son parte de nuestro imaginario colectivo y tienen lugar en los desempeños de los equipos uruguayos, por la tradición que en nuestro país tiene este deporte, pero no alcanzan, por sí, para obtener triunfos ni para explicar derrotas.

Cuando entendamos que la actuación del Mundial de Sudáfrica 2010 fue propiciada porque muchos de sus jugadores participaron en competencias de juveniles, la mayoría llegó a la selección mayor al menos tres años antes de la competencia máxima y no sufrió exclusiones pese a algunas derrotas; entonces, estaremos en condiciones de comprender el trabajo liderado por Tabárez y no soñar con que podemos vencer a rivales como Senegal, por el simple hecho de que no ha participado con asiduidad en torneos mundiales organizados por la FIFA.

El cuarto puesto en el último Mundial, la consagración en la Copa América Argentina 2011, la clasificación en los primeros lugares del ranking de la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Fútbol (IFFHS), dependiente de la FIFA, y el cambio general que Tabárez generó en las selecciones nacionales deberían ser útiles para valorar su trabajo, tomarlo como modelo y aspirar así, justificadamente, a la obtención de nuevos buenos resultados.